domingo, 2 de mayo de 2010

Textos de otros adoptados por mi.


¿Cómo no podría ser yo un lobo estepario y un desdichado ermitaño en medio de un mundo, donde ninguno de sus objetivos comparto, ninguno de sus placeres llama mi atención?

Lo que para mí significa deleite, suceso, sublimación y embriaguez, eso lo desconoce, no lo ama, ni lo busca el mundo.

.... No había prisa, mi osadía de morir no era el capricho de una hora: se trataba de una fruta sana, madura, criada lentamente y con buen sazón, sacudida levemente por el viento del destino, cuyo soplo cercano había de convertirla en árbol.


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